Hoy se me ha antojado comer sardinas, y ya sabemos cómo huelen. El modo de comerlas sin molestar a los vecinos es éste, hacerlas a la sal. Salen jugosas y riquísimas. Muy fáciles hijos, si estáis en la playa o en el campo hacedlas en una barbacoa con carbón, pero si estáis en medio de la ciudad... disfrutadlas igual.
Besos, mamá
SARDINAS A LA SAL
INGREDIENTES:
- 1 kg de sardinas fresquísimas
- la sal gorda que se necesite. Por lo menos 1 kg, quizá más.
Precalentad el horno a 200ºC.
Haced una cama de sal en un plato de horno donde quepan todas las sardinas sin que estén amontonadas.
Poned encima las sardinas enteras, sin limpiar, ordenadas, un poco superpuestas pero sin amontonarlas, ya os digo.
Cubrirlas con otra capa no muy gorda de sal.
Metedlas en el horno precalentado 20 minutos.
Cuando estén las sacáis de la sal lo más escurridas que podáis. Limpiadlas de sal con una pala de pescado, incluso con un papel de cocina.
Servidlas calientes acompañadas de una ensalada
de lechuga muy picada, cebolleta y hierbabuena.
Una delicia.
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